por suerte...ya que "para rajar siempre hay tiempo"... seguiremos viviendo la vida metiendonos en lugares desde que oportunamente nos escurriremos liberadas por las manos de Pilipi...
Confiemos y sigamos viviendo nuestra vida justo en el límite que nos hace sentir muy vivas...
Insisto, cuánto me enseña y me alegra estar con mis hermanas...
Esta cena con pretensiones de aquelarre, honrada por la mano creadora de placeres de una delicia indú, transmutó en una comida de clan italiano con una "madrina" de 15 años...
Cenar con mis amigas es uno de los placeres de mi vida...